domingo, 7 de septiembre de 2008

Relato Breve N° 7. Puto deluxe

Miré la luna sobre el río a traves de la pared que da al río.
Todo mi departamento da al rio y veo a través de las paredes porque son de vidrio.
Mucha gente se mareó en mi balcón porque es de cadenitas de titanio soldadas a mano y la levedad del arte contemporáneo a muchos se les hace insoportable. Habrás adivinado; soy top.
Muy Top.
Pero no quiero refregarte en la cara que el universo fue muy generoso conmigo en esta reencarnación. Soy Budista y para darte una pista te cuento que si hubiera méritos, estaría primero en la lista.
Imaginate a alguien muy bello y mal criado; con porte de nobleza e indecifrable naturaleza.
Si te empiezo a romper las bolas debes saber que le pasa a todo el mundo; pero de alguna manera es probable que caigas en mi red, porque nadie hasta ahora pudo evitarlo.
Hasta ayer.
Suena el timbre.
Es el techista petiso mal oliente y gordo, lo detesto porque hizo un chiste con respecto al color de mi piso (no seas ingnorante; piso=piso gigante minimalista) y como no me reí, me dejó colgado un mes con la macha de humedad en el cielo raso.
Hasta hoy.
Pero no vino solo, y es aquí dónde empieza la historia.
Tengan cuidado al leerla, les va a parecer que es la historia de un pobre chico rico con el corazón y el culo rotos, pero hay algo más.
Algo parecido al amor, que es peor.
El techista se fue y dejó a su ayudante, que en mi cielo raso parecía la pintura de una pantera negra.
Cubrió los poquísimos muebles con sabanas blancas y su figura cobró una tridimensionalidad pasmosa. Nadie entra en mi loft minimalista, ni siquiera mi socio del estudio.
Ah; soy arquitecto.
-"Como hace calor seguro que tenés todo seco para mañana"- me dijo como si fuéramos amigos de toda la vida, pero no me molestó.
Pintaba con brocha y descubrí que un antebrazo puede tener algo así como doscientos músculos.
Los conté.
-"Eso espero; en cinco dias recibo a unos inversionistas japoneses y no me gustaría que haya olor a pintura"-le dije.
Lo siento lectores; no puedo evitar hacer ése tipo de comentarios.
Siguió pintando y por alguna extraña razón no pude quitarle los ojos de encima.
Sábado a la tarde, sin nada mejor que hacer, con un atleta aún no descubierto en mi living.
Me molesté al darme cuenta que no llevaba ropa interior por la forma pendular en la que se movía su pantalón de gimnasia negro mientras pintaba.
Se imaginarán que no puedo permitirme un encuentro casual con un pintor amateur.
Cuando llegás a mi nivel simplemente prohibís pasar por sitaciones dudosas y no estaba dispuesto a romper mis propias reglas.
Eso creí.
-"¿Flaco tenés un vaso de agua?- Sonó como un trueno. Grueso. Áspero. Como un tenor.
Le alcancé el agua parado bajo la escalera pero él bajó y parandose cerca mío se la tomó mirándome a los ojos.
Pude sentir el olor de su transpiración y lo blanco de sus ojos era tan blanco que su mirada inundó todo el espacio.
Me puse rígido y me escapé para lo que uds interpretarían como cocina.
Me trajo el vaso y me sonrió.
-"Ya terminé la primer mano, hay que esperar a que seque y ver si le damos la segunda"- Me dijo sonriendo publicitaria e ingenuamente.
Le comenté que si quería esperar podía hacerlo y que yo me iba a bañar, le alcancé unas revistas de arquitectura y me fui al entrepiso a bañarme.
Le pareció bien y me fui. No me odien vulgarmente, pero tengo jacuzzi y lo encendí; me metí y al rato escuché que él subía por las escaleras. Se asomó por la puerta del baño y me dijo:
-"Creo que no se va a secar hoy; hay un poco de humedad, mejor me voy."
Realmente no quería que se fuera; sin pensarlo le pregunté si quería bañarse. Me contestó que si y sin prisa pero sin pausa se desvistió delante mio y se metió en el jacuzzi.
No me dió tiempo a explicarle que podía usar la ducha de al lado asique simplemente lo dejé que se metiera, había suficiente espacio.
Me palpitó el corazón muy rápido pero su sonrisa era tranquilizadora.
¿Puedo confesarles que estaba tremendamente excitado pero a la vez tranquilo? Bueno, a partir de ahí se imaginarán que rompí mis propias reglas sin saber que alguien tremendamente simple iba a romper, entre otras cosas, mi insensible corazón.
Salí del jacuzzi y bajé a buscar una botella de whisky, mucho hielo y dos vasos. Cuando me vió aparecer se rió y se llevó las dos manos a la entrepierna que burbujeaba como mi corazón.
El cielo se puso gris mientras bebíamos y reíamos y se largó a llover.
Es un buen espectaculo ver llover desde mi piso, sobre el rio, con el aire de verano vaporoso y caliente.
Me miraba y sonreía hasta que empezamos a rozarnos las piernas y ahí se puso un poco serio el morocho.
Me tomó la mano y la llevó hasta donde ya saben; apenas sentí la dureza de su deseo y ya lo tenía encima besándome; contorsionado, me sorprendió su destreza para ponerse encima mio sin tocarme, solo lo hizo con sus labios; cuando cerré los ojos para saborear su hipnótico beso de cebolla sentí el calor de su cuerpo sin contacto, como cuando me pongo al sol en la terraza donde habitualmente pasa a buscarme el helicóptero.
No se cómo terminamos en la cama pero terminamos varias veces y de muchas maneras; y siempre, siempre, volvimos a empezar.
Hasta ayer, que me dijo algo asi:
Estamos los dos tirados en la cama desnudos como uno de esos tantos sábados. Se habrán imaginado que varias veces, de maneras extrañas, latas de pomarola abiertas terminaban estallando contra mi cielo raso.
-"Cuando te cojo siento que hay una barrera que no me dejás pasar"- Me lo dijo tirado encima mio, apoyandose en sus larguísimos brazos, arqueado como el puente de San Francisco; realmente sentí que no tenía escapatoria.
-"Que curtamos no te da derecho a hacerme reclamos"- Sentí un clic cuando dije ésto, como cuando se te rompe un diente; pero no sabía si mio o de él; porque de alguna manera, en ésa figura del puente y el rio, éramos uno.
Yo atenté contra la unidad y la retribución Karmática fue instantánea.
El puente se congeló y se decongeló tan rápido que le salieron lágrimas de los ojos, lo abracé tan fuerte que cedió y volví a sentir su peso encima mio, pero estaba frío. Se levanató sin mirarme y empezó a vestirse lo suficientemente rápido para no sufrir ante mi patética escena.
Me tiré a sus pies, lo agarré de las piernas, le pedí por favor, lloré y grité que no se fuera. Le atesté un golpe en la cara y no me lo devolvió.
El mundo cedió ante mis pies y se fue.
Tal vez no sea pertinente que les cuente que borracho lo pasé a buscar por la villa a las 5 de la mañana para no vomitar solo luego de litros de champán y cuatrocientas chupadas de pija en la disco gay.
El se quedó conmigo.
O la vez que perdí la chaveta por el último modelito top pasandome de pastas varios blisters; ese morocho tendría que haber sido gastroenterólogo.
El gastroenterólogo de mi vida (endoscopio le sobraba).
El se quedó conmigo abrazándome fuerte mientras yo cagaba las sábanas de seda blanco minimalista.
Lo cagué a palos, lloró diciendome que me amaba, cojimos como perros, me lo llevé a punta del este y cuando todo perdía sentido para mi montaba un numerito para hacerme reir.
Él se quedó conmigo.
Hasta que se fué.
Una mañana soleada de verano paseaba en mi descapotable, cuando en Alem y Corrientes cruzó adelante mio con su gorda y conchuda novia empujando un carrito para mellizos.
Me bajé del auto y en la esquina del correo central le dije: -"Yo siempre te amé y no pude decírtelo".
-"Flaco yo siempre te amé y te lo dije mil veces; ahora es tarde".
Y siguieron caminando.
Me multaron por dejar mi Audi TT abandonado.
Pero la multa que él me hizo en el corazón no voy a poder pagarla nunca.

Relato Breve N° 6

Domingo lluvioso y frio de agosto.
Es de noche, tarde, muy tarde y acabás de irte; por éso éste mail...por eso.
Estaba en casa a punto de comerme la pizza de mozzarela cuando sonó el timbre y como un monje Budista en vacaciones no esperaba nada ni a nadie.
Pero eras vos y cuando abrí la puerta tu perfume se clavó en mí como un sello luminoso en mi campo aural. ¿Cuál es el sentido de ese sello? tal vez no tenga sentido y solo sea como el brillo de tus ojos que de negros pasaron a miel, cuando te besé la mejilla en silencio y te hice pasar.
Tenías tu jean más sucio y tu gorro mas villero, pero tu piel siempre olía a bosque y tu barba de dos dias simpre invitando a jugar a la raspadita.
Te sentaste y en silencio absoluto te serví mi pizza; siempre me comés la pizza cuando venís ¿o venís simpre que hago pizza?.
Comiste abriéndote de gambas y tocandote el paquete; siempre fuiste tan erógeno...
En mi interior, mientras te servía cual geisha, se gestaba un volcán.
Pero no hablamos. Comiste y tomaste cerveza mientras yo parado te miraba a los ojos.
Un cacho de morrón te quedó colgando de la comisura de los labios y lo señalaste con tu larguísimo índice lleno de aceite....me acerqué y te lo saqué con mi propia boca; me alejé sin darte la espalda y lo masiqué cual chicle.
Inmutable ante mi silencio y refugiado en el tuyo agarraste media aceituna descarozada y te la pusiste éntre los labios...
Repetí el juego y mientras nos besábamos me bajaste la joggineta violéntamente. En ése momento te dije que sería la última vez y me dijiste:
-"vos sabés que no es cierto"-
Me gustan los chicos seguros, pero te pasaste de la raya y tus manos aceitadas hicieron el resto.
Apabullado ánte tu virilidad no me quedó otra recibirte.
Me dijiste lo de siempre y te lo creí. Que mi cuerpo de top model europeo, que mi cara de mago haciendo el número del macho tragasables y que nadie te retiene con los músculos como yo.
Tiraste todo lo que estaba sobre la mesa al piso y mi torso y mejilla se pegaron al mantel de hule a cuadritos rojos y blancos que aún olia a la pastafrola que hice al mediodía; pero vos ya no necesitabas postre.
Me di vuelta y buscaste algo en mi interior mientras me tocaba frenéticamente y cuando el volcán interior estalló me morí mirándote a los ojos.
Lloré y me tiraste el pelo hacia atras mientras me besabas el cuello descontroladamente.
-"Es la última vez"- te dije.
Me rompiste el culo y te fuiste.

Relato Breve N° 5

Hola, mi nombre es Sandra y sé que se acuerdan de mi porque yo les mandé un mail contándoles mi historia; ésa de la patrona que me trataba mal y que me endrogué y fuí al almacén como loca y me transé al almacenero, ¿se acuerdan?.
Bueno, ahora dejé a la patrona y me puse un consultorio en el que hago trabajos de magia para unión de parejas que es lo que mejor me sale, pero no siempre.
El tema es que con el almacenero no nos entendimos y me di cuenta que necesitaba un tiempo para mi, mi independencia y mi espacio para ser quien realmente soy: una bruja.
Me molesta que la gente esté sola asique nadie me va a parar, porque me la banco y la magia me hace feliz y hace feliz a otros, pero les quiero contar que no es para cualquiera el tema porque a veces las cosas salen atravesadas y paso a contarles porqué digo lo que digo...
Me vino al consultorio una rubia careta como de treinta años desesperada por enganchar a uno y ahí nomasito le pedí dos de cien.
Cuando me dio la foto para trabajar me di cuenta que tendría que haberle pedido doscientos más, pero no se entristezcan por mí, porque las fuerzas de la naturaleza siempre traen lo que tienen que traer.
Soy sabia, ya se habrán dado cuenta.
Arranqué como loca en luna llena, estoy en un mono en constitución pero el edificio tiene terraza y desde ahí invoco.
Miré al norte y grité una poderosa invocación que una vez leí en una revista de hechizos, un frio recorrió la espalda y me llegó hasta los dientes.
-"¡Que éste hombre no pierda el norte y regrese a mi querida clienta!"- Grité.
Miré al sur y dije:-"¡Que el frio del Perito Moreno no detenga el fuego de éste amor!"- Grité ya con más convencimiento y me agarró un calor que ni estuviera caliente yo con el Juanjo ése.
Miré al este y dije:-"¡Que las enegías del sol solar derritan toda barrera en el camino de éstos dos sujetos del deseo!"´- Ahi me sentí un poco mareada pero no se bién por que.
Miré al oeste y se me ocurrió:-"¡Que cuando el sol se ponga se encienda la chimenea con la llama de la pasión conyugal en la casa de éstos dos!"
Al gritar esto me acordé que se me quemó la estufa de cuarzo. Cuando una hace magia tiene que estar concentrada pero a veces invocar los cardinales trae cosas raras y muy locas; por ejemplo les cuento que Juanjo me tocó el timbre al otro dia; la secuencia fué asi:
Me tocó el timbre a las 7 de la tarde y cuando abrí lo reconocí por la foto, entendí la desesperación de la rubia careta que ya, a éstas alturas, me caía mal; muy mal. Me puse media pila y lo hice pasar. ¿Como les explico?, me contó que la mandó a seguir y que quería saber quién era yo y que relación tenía con su novia.
Ahi nomasito me puse las pilas y le mandé fruta como para moverle la estanteria al groso caretón ése. Como un puma es, y vino en 4 x4.
-"Su novia es mi amante y si bién a ustéd lo quiere mucho, ella goza más conmigo porque yo la entiendo"- Fresca como lechuga le mandé esa.
Se puso blanco como un papel y pensé que me iba a pegar pero me pidió pasar y lo dejé; le vi ése brillo en los ojos que tienen los lobos en las películas de vampiros. Vamos a la acción. Me largó todo el rollo de su temor al compromiso y su idea de dejar a la rubia careta porque se estaba poniendo pesada con eso del formalizar. Lloró un poco y le agarré de la cabeza y lo apoyé en mi pecho, que es mucho.
Me calenté, no les puedo mentir y el lo percibió porque me agarró fuerte de la cintura y me atrajo hasta su peludo pecho de rugbier.
La magia es así, vos la invocás y de pronto te cae un chongo en tu casa con un papo de la novia y celos y cosas asi, viste?.
Me volvió loca, me hizo de todo, no me dejaba respirar, me dijo que me prefería a mi, morocha, petisa, tetona y de labios carnosos. Con mis ojos rasgados y mi delineado liquido de egipcia le miré como quien mira a un verdugo que está bueno; ¡¿en qué me estoy metiendo?! me dije y ahí nomasito me rescaté: -"Tu novia nunca debe saber lo de pasó entre nosotros; es de muy mal gusto"-.
Pero mentí porque el Juanjo tenía muy buen gusto.
Lo entendió y se fue; yo no tenía fuerzas para caminar y me ardía la pasión y el cuerpo.
A la semana me llamó la caretita y me contó que el Juanjo está cambiado, que la mira con deseo y que le hacía de todo. Ya pusieron fecha para el casamiento, pero ántes ella pasó por mi mono y me dejó más billetes de color violeta.
No volví a verlos pero algunos amigos de Juanjo pasan para que les tire el Tarot y como sacerdotiza del amor no puedo dejar de tirarles unas ondas...Soy sabia y fina.
Chúpenme las tetas que me calienta y me pongo generosa.La próxima les cuento la del portero pero les advierto que es fuerte; muy fuerte.
Con mágico amor.....Sandra.

Chico deportista

Bueno; nada.
Tipo que me re jode tener ésta emoción adentro y mi profe de arte me dijo que escribiendo puedo sentirme mejor; es re gamba mi profe de arte y me dice que tengo talento y que lo mio es la belleza.
Pero a mi me gusta el deporte, ahora más que nunca: les cuento por qué.
Me pasó algo re groso que todavía no puedo creer; fui a la clase de gimnasia de la escuela y tipo que nos enteramos ahí mismo que cambiaron al profe.
Es alto y fibroso el man y tiene el pelo canoso, corto; debe tener tipo 30 años; no se porqué me llamo tanto el color de la piel, porque es como que está bronceado pero re poco, tipo que tiene la piel mate, creo que se dice así.
Me llamó la atención porque es mas alto que yo, que soy re alto, mido 1.87 y no es común encontrar alguien tan alto; mientras se presentaba, mis compañeros y yo estábamos todos parados al su alrededor y lo escuchamos, algo que es raro porque siempre bardeamos a los profesores nuevos, pero éste como que te engancha, llama la atención el man.
Pero lo que más me llamó la atención de él fue que me quedé colgado mirándolo tratando de ver el color de sus ojos, porque de lejos parecen grises pero hay algún color más que no pude descubrir. Un gris medio extraterreste, el tipo parece de otro planeta.
Mientras habló sobre lo que íbamos a hacer durante el resto del año descubrí que me miró profundo varias veces, supongo que preguntándose por qué yo lo miraba tanto. Es un tipo raro, como que al mirarlo me cuelgo mal.
Durante la clase de ésa tarde hicimos las boludeces de siempre tipo correr y hacer flexiones de brazos; y en el momento de los abdominales el profe me pegó los piés al piso y elogió lo rápido que los hacía y me pidió que los hiciera más lento; cuando subí me acerque para ver el color de sus ojos y varias veces le exhalé fuerte en la cara, pero se rió y me sostuvo la mirada todo el tiempo, me di cuenta que no puedo hacerme el tarado con él. No se acobarda. No huye. Se la banca.
La imagen de sus ojos me volvía a la mente varias veces durante la semana, pero en ése momento yo creía que solo me acordaba de él solo por sus ojos y su color extraterrestre, más que humano, no sabía que en realidad me pasaban otras cosas.
Una tarde me equivoqué al mirar el reloj y llegué al gimnasio de la escuela media hora más temprano y todavía no había llegado ninguno de mis compañeros; el profe me vió y me saludó sonriente; en ése momento me pareció que trataba de hacerse el simpático conmigo porque antés lo miraba con cara de culo todo el tiempo.
Charlamos un rato y me pidió que lo acompañe a buscar la red de voley al depósito y en ése momento me recorrió algo por la espalda, pero no quiero aburrirlos con los detalles; una vez en el depósito, chico y oscuro, se llevó la lamparita que colgaba por delánte y cuando encontró el interruptor de luz no vimos la red por ningún lado. La lámpara oscilaba entre los dos y sin darme cuenta le preguntó de que color eran sus ojos.
Me escuché y me di cuenta que mi comentario fué de re puto pero no me importó porque él me dijo mirá más de cerca y lo hice.
Se puso serio y se acercó a la lamparita que había dejado de jugar al péndulo. Me acerqué y y miré en sus ojos muy de cerca, juro que vi chispas en azul y violeta y cuando sentí su perfume él dejó de ver la luz para mirame directamente a los ojos.
-"¿Y?....¿que ves?- me dijo.
No pude contestar.
Me agarró del mentón y me lo sacudió un poco sonrriéndome y me dijo:
-"¡Mirá bién!"-.
Me agarró la cara con las dos manos y me acercó a él mucho más. Ya lo tenía tan cerca que lo veía borroso. Y me besó.Escuchamos llegar a los chicos y salimos algo mareados, pero no quedó todo ahí. Con una excusa ridícula les avisé a mis compañeros que iba a quedarme a hablar de atletismo con el profesor al terminar la clase. Y me quedé con él. Se ofreció a alcanzarme hasta mi casa en su auto, pero ántes le pedí que me diera un besos y terminamos en su casa.
Les cuento ésto porque necesitaba decirlo, porque siento como que mi mundo re expande y quiero compartirlo. No me importa el hecho de que me acosté con un hombre. Me importa que me acosté con él. Estamos enrollados los dos.
Se los cuento la próxima.
Mi nombre........bueno; si quieren escribir preguntando por mi historia.........pidan por el chico deportista del gimnasio de la escuela.

Relato para leer en el Celular

Si.
He decidido vivir la vida a pleno; me cansé de la patrona que me hace lustrar todo con Blem y a mi no me gusta el olor a Blem, me da asco.
Mientras calentaba una medialuna en el microondas se me ocurrió que sería mejor ser yo misma, entonces me puse en acción y como un soldado en Irak, me tomé un rivotril con dos Whiskyes y salí.
Estaba a punto de salir loca loca loca y con nauseas -sospecho que no por la medialuna-. Me puse el saco y me detuvo la patrona. Le aclaré que estaba drogada y que no era buen momento para discutir mi próximo franco; un extraño brillo en sus ojos y un gesto condescendiente; me abrió la puerta y salí.
Fuí al almacén y las baldozas me bailaban; cuando trataba de pisarlas se hundían unos centímetros pero al final las pisaba, como que estaban de joda las muy hijas de puta.
Si. Fui decidida a todo y cuando entre al almacén él me miró como extrañado; tenía una feta de salchichón colgándole de la boca y me morí de amor.
Pasé atrás del mostrador y le arranqué la mitad de la feta que estaba colgando, la tire al piso y la pisé furiosa, porque la pasión me pone así y he decidido no guardarme nada.
Lo besé descaradamente y al principio sus labios gruesos no reaccionaron, pero cuando con la lengua le mostre que iba en serio me tomó de la cintura y me chupó con tal fuerza que sentí la misma sensación que cuando limpiaba la baranda de bronce del balcon en el piso 21.
Sin dejar de besarme me empujó para el fondo y al cruzar la cortina de gotitas de plástico blanco tornasolado sentí que entraba en otra dimensión.
Nos caímos sobre las cajas de galletitas dulces, se abrieron los paquetes y volaron por los aires, pensé que se me había metido una pepa en el culo pero no fue asi. Eran dos dedos de mi Hector, que aprovechó el vuelo de mi tan odiado uniforme bordo para dar rienda suelta a su lujuria.
Rodamos apasionados por el suelo y las galletitas molidas mezcladas con el sudor de nuestros cuerpos se nos pegaron hasta tranformarnos en una milanesa ardiente y a la vez cruda; como nuestro amor.
Vi a Dios varias veces y mi Hector gritó otras tantas.
No me parece apresurado nuesto amor. Ayer le conté donde trabajaba y le dije mi nombre; el me dijo que le gustaba ir al gimnasio y que se llamaba Héctor. Pero después les cuento lo mas sobre nuestro amor, porque hoy no estoy inspirada. Solo les cuento a modo introductorio.
Soy una mucama muy sofiscada y culta que no le teme al amor. Ya lo verán.
Sandra.

Relato Breve N° 2

Me levanté acalorada y me picaba la concha; me la rasqué, pero me pegó de mala onda y fuí furiosa al living para prender la tele y ver la temperatura.
Además mi único objetivo del sábado era depilarme pero por alguna razón esotérica no lograba tomar coraje.
Los ubico. Sábado a la mañana, verano, 32 grados centígrados y resaca del after office con la gente de la office, obvio.Me duché con agua fria para estar bien despierta y pelear el dia. Pelear a la cajera del supermercado. Pelear con el cajero automático y para pelear por teléfono con amigas.
La ducha me despejó y vi muy claro que tenía que hacer un cambio en mi vida, pero como no animaba me tomé un Valium y me dormí.
Me desperté con el celular. Era mi amiga Carla para avisarme que no habia fiesta a la noche y me agarró un ataque de deseperación.
Atontada de resaca y psicotrópicos pensé en hundirme en un mar de pizza congelada y helado a base de grasa de chancho batida con colorante. Y así lo hice.
Pero como soy astuta me metí en Discovirtual y me compré todo. Mientras esperaba el pedido me iluminé y corrí al video a alquilar alguna de Woody Allen porque ése sábado me pegó de chica inteligente.
Timbre. Son los de Disco. Abro la puerta y me encuentro con seis cajones blancos apilados y alguien atrás. Pasa a la cocina y veo de espalda un hombre de gran espalda y culo parado. Chueco. Gorra roja y debajo un pelo rubio y desparejo.
Una oleada de jabón en polvo mezclada con desodorante de macho barato me golpea. Y me dejo llevar. Me deja las cosas en la cocina y cuando se da vuelta veo ojos azules como el mar del caribe. Me sonrie y pienso en cuanto le debe haber costado la ortodoncia. La luz de la cocina (mi cocina está iluminada con dicroicas) le hace reflejitos sobre la barba de dos dias.
Como que tenía purpurina en la cara. Se me comprimieron las cervicales al mirarlo porque era alto y la concha empezo a picarme otra vez, lo que me extrañó porque estaba bañada. Le dije que no daba propinas y me dijo que no estaba esperando propina, que solo quería un beso. Le dije que volviera más tarde porque tampoco soy una cualquiera y me aclaró que volvería luego de entregar los otros cuatro cajones blancos. Me preparé un whisky y me cambié porque estaba con un short asqueroso color lavanda y una musculosa rosa de Hello Kitty. Como ya estaba pilas me puse un short blanco y chomba Lacoste blanca, sin ropa interior, porque soy práctica y no me va la boludez cabaretera del encaje.
Desconecto los teléfonos. Timbre. Le abro. Está igual. Sigue con su pantalón Caqui y su remera roja, pero se sacó la gorra y la tiene en la mano. Se balancea de un lado al otro y me mira sonriendo con su cabeza ligeramente de costado. Me siento en el Louvre mirando al David de Miguelangel, pero no crean que soy grasa. "Si se llama David me muero" me dije; pero no; se llamaba Nicolás. Me contó que le dicen Java. Pero no es por su segundo nombre Javier ni porque sea informático, simplemente es lanzador de jabalinas y cuando lo dijo noté que abrió un poco mas las piernas.
-"Tenés cuerpo de atleta, pero ¿realmente sos lanzador de jabalinas?"...-
"No"- me contestó
Le dejé muy claro que no me iban las historias al paso pero en ése momento sacó de uno de sus bolsillos laterales una caja como de DVD y asi era. Un dibujito japonés de su director favorito; Miyazaki o algo asi e inmediatamente se paró y puso a andar la maquinola plateada. Me pidió algo para tomar y le di un Whisky, asi que nos acurrucamos en el sillón a ver la historia de un castillo andante y de unos personajes bastante raros.
Me pasó la mano por el hombro y se veía bastante relajado lo miré y me miró y sonrió. Terminó la peli y tenía cara de niño. Me contó que le encanta el Animé japonés y que sueña con visitar Japón. Se paró y me dijo "Voy a bañarme" como quien dice buen dia. Se metió en la ducha y cuando salió tenía puesta solamente una toalla. Mientras se sacudia el pelo me sonreia en plan "mirá lo lindo que soy", y yo seguía en el sofá con mi whisky, un tanto acalorada y confusa.
Se acercó y como la tiene clara hizo que se le cayera la toalla sin tocársela. Dejó su miembro ante mis narices; lo miré con odio y me guiñó un ojo.
Algunos hombres están tan seguros de su virilidad que creen que pueden exponernos sus miembros flacidos esperando que hagamos la tarea.
Y yo la hice, porque no siempre tengo en mi casa un rubio de 24 años con el porte de un Dios griego. Zeus hizo correr sus rayos por mi espina y súbitamente entendí porqué le decían jabalina. Fue la erección mas rápida que sentí en mi vida. Algunos segundos más y empecé a intuir sus embestidas juveniles dentro de mi. Y así lo hizo.Transpiramos. Nos resbalamos. Me tocó toda y acabé 7 veces.
Comimos pizza y jugamos con el helado. No lo comimos, lo lamimos.
-"¿Sabés que? Me gusta cuando acabás porque vibrás como un panal de abejas eloquecidas y además sos dulce como la miel. De ahora en adelante te llamarás Melisa. Te rebautizo. Nunca me digas tu verdadero nombre porque para mi siempre serás mi Melisa. Te aclaro que Melisa quiere decir "la mas dulce". Es un nombre griego.- Me dijo.
-"No me gusta la miel".- Dije yo como distraida.
-"No me importa. Tengo ganas de quedarme a vivir con vos para siempre".- Sonaba sincero.-"Quedáte. Quiero que seas mi Diós griego".
A veces el amor llama a tu puerta cuando no estás depilada y no te importa. Y ésa noche dormimos abrazados en el limbo. Mientras Zeus sonreia.

Relato Breve N° 1

Me levanté turbado. Y estoy pensando en tomar una decisión extrema, porque estoy harto.
Lo invito. Si; lo invito.
Y lo invité. Era Sábado a la tarde y estaba solo como siempre y vi al limpia piletas y me animé a decirle: "Venite a la noche y nos tomamos unos fernét".
Y vino. Me contó una historia muy triste de su hijita que no le dejan ver porque lo encontraron tomando merluza y otras cosas tristes que no voy a contar porque no van con esta historia.
Nos reimos, y cada vez que el morocho me sonreia la Kundalini se me despertaba.
Dedos largos y gruesos, manos desproporcionadamente grandes comparadas con su espigado y fibroso cuerpo.
Huele a cloro y a un cierto sudor. Por supuesto, no fué a su casa a bañarse y arreglarse antes de tomar los fernet, porque calculo que no hubiera llegado, y como tomo las cosas como vienen no me hice rollo. Caía la tarde y yo ya estaba un poco colocado y pasé bastante tiempo espiandolo por la ventana de la cocina. Lo vi mirando para mi casita y me pregunté qué estaría pensando. El tenía puesto vaquero cortado, con el largo de un short muy short y por momentos me pareció divisar un huevo suyo como un Kiwi. Ring. Timbre. Le abro y me sonrrie. Es simple y libre de malicia. Realmente quiero tomarme unos tragos con él, porque me vibra bien, y dejó la piscina brillante por cierto, se lo merece. Pero no crean que soy asistente social, soy un macho en celo, con mucho amor para dar.
Nos tiramos en el sillón; el se tiró bien hacia atras y apoyó la nuca sobre el respaldo de cuero blanco. Como que no entraba, el morocho lungo, y miren que mi sillón es grande. Quedó casi horizontal y creí que tenía un celular muy grande en el bosillo del short. Pero no; no era el celular. La piel le brillaba y empecé a sentirme mareado.
Ahí algo me pasó y no se bién que fue pero le dije que se fuera, que no me sentía bién y que podríamos tomar fernet en otro momento.
Saltó del sillón y se bajó el short se sacó la musculosa naranja y se quedó 100 por 100 en bolas, las ojotas blancas ya se las había sacado. Me miró como quién espera la nota de matemáticas y me morí de amor y calentura. Si. La oleada de deseo me llevó a la hipocondría, pero la superé y me arrodillé, no para orarle a la virgen sino para hacer feliz al macho.
Me ahogué con su virilidad, me ensordecí con sus gemidos y me quedé pelado porque me zamarreaba la cabeza agarrándome los pelos. Lo tiré en el sillón y explotamos al mismo tiempo.
-"Me voy a bañar!"- me dijo, y se llenó la bañera porque no es boludo. Se metió en el baño y dejó la puerta abierta y me hablaba jocoso pero yo seguia tirado en la alfombra, en una posición extraña, como en coma, me caí para adentro, recuerdo y no me importó la alfombra húmeda.
Salió de la ducha y se metió en el dormitorio, me bañé y me metí con él en la cama, mojado. Me abrazó y lo abracé. Me besó y me recordó al helado de frambuesas.
-"Mañana te hago el desayuo"- Me dijo
-"Antes quiero comerme un buen pedazo de carne"- Le dije acurrucandome en su cuello.
-"La cena está lista"- Tomó mi mano mientras me miraba profundamente, sonrriendo. La llevó hacia su entrepierna y me morí de amor.
La vida a veces te da sorpresas. A veces no hay que tomar medidas extremas. 1.95; 24 x5 son medidas extremas. Y a mi me vinieron sin que las busque.
Ahora mi pileta siempre tiene agua limpia y clara y mi corazón tiene un campo de piel morena para retozar, un sofá de cuero blanco que se parece a las nubes y soy feliz.